Las chapas de zinc son una de las opciones más utilizadas en techos, galpones, tinglados y diferentes construcciones por su resistencia y durabilidad. Sin embargo, no todas las chapas son iguales: existen diferencias en el espesor, el recubrimiento y el proceso de fabricación que influyen directamente en su calidad y vida útil.
Si estás por comprar, te compartimos algunos puntos clave para reconocer una chapa de buena calidad:
1. Espesor real de la chapa
Un indicador esencial es el grosor. Cuanto mayor sea el espesor, más resistente será a golpes, granizadas y peso.
- El espesor suele medirse en milímetros o en calibre.
- Verificá que el espesor coincida con lo que promete el fabricante y no sea inferior.
2. Recubrimiento de zinc
La protección contra la corrosión depende de la cantidad de zinc que recubra la chapa.
- Una mayor capa de galvanizado significa mayor resistencia a la oxidación.
- El estándar internacional suele expresarse en gramos de zinc por metro cuadrado (ej: Z-275).
3. Acabado superficial
Una chapa de calidad debe presentar:
- Superficie uniforme, sin manchas ni irregularidades.
- Bordes bien cortados, sin rebabas ni deformaciones.
- Un brillo parejo que indique un galvanizado correcto.
4. Origen y certificaciones
Un buen fabricante respalda su producto con:
- Certificación de calidad (ISO u otras normas locales).
- Información clara sobre el origen de la chapa.
5. El uso que le vas a dar
No todas las chapas sirven para lo mismo. Antes de elegir, tené en cuenta:
- Si estará expuesta a ambientes muy húmedos o salinos.
- Si la necesitás para un techo residencial, un tinglado industrial o cerramiento.
- La durabilidad que buscás vs. el presupuesto disponible.
Invertir en chapas de zinc de buena calidad es garantizar seguridad, resistencia y menos gastos de mantenimiento a futuro.
En Tucán contamos con certificado de calidad de nuestras chapas cincalum para que tus proyectos sean de calidad y perduren en el tiempo.


